Cristales de sal a las orillas del mar muerto

jueves, 18 de noviembre de 2010

LA BRISA (1Re 19,11-13)


La noche es tiempo de salvación. La mejor hora para tener un momento de charla con el Padre es, al menos para mí, la noche. Cuando llegas a casa con la cabeza y el corazón lleno de rostros y de personas, cansado, eso sí, pero sabiendo que es normal, que es buena señal, porque hemos hecho lo que teníamos que hacer.


Hoy oro desde este texto del primer libro de los Reyes: "Le dijo: «Sal y ponte en el monte ante Yahveh.» Y he aquí que Yahveh pasaba. Hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebrantaba las rocas ante Yahveh; pero no estaba Yahveh en el huracán. Después del huracán, un temblor de tierra; pero no estaba Yahveh en el temblor.
Después del temblor, fuego, pero no estaba Yahveh en el fuego. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de la cueva. Le fue dirigida una voz que le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?»"


Nos han educado para lidiar con truenos y huracanes. Tenemos, como Elías, que descubrir a Dios en la brisa. La brisa es regalo en medio del bochorno, aunque a veces se vaya pronto y vuelva el calor. Todos tenemos momentos de brisa: un gesto, una palabra, una conversación. Sentirnos privilegiados de ser lo que somos, momentos en que estamos en contacto con lo profundo humano. Nosotros tocamos la entraña humana en el pueblo, vemos cara a cara la tragedia y el gozo profundo: siempre que salimos de la cueva, como Elías. Brisa es cuando se revitaliza nuestro ser y se llena de sentido nuestra vocación. Brisa es cuando, acostumbrados a proponer cosas que nunca salen, un día de pronto, algo cuaja y brota. Brisa es cuando creemos que venimos de vuelta de todo, porque ya hemos buscado en el huracán, en el temblor y en el fuego y allí no estaba, pero de pronto en el susurro de una brisa nos sorprende.

Brisa son para mí los jóvenes: Nerea, Patricia, Edu, Jony, Naya, Alba, Rocío, Irene, Macarena, Cristina, María, Fran, Rosa, Jose, Inés, Jofe, Mamen... Unos más jóvenes y aprendiendo a tomar opciones, otros caminando hacia la adulted y con sus opciones que me dan sopa con hondas a mi.

Hoy comenzaba la tarde compartiendo con el grupo de JEC de Alconera, iniciándonos, ensayando en esto de ser jóvenes cristianos, contentos por haber conseguido poner un cartel de la campaña en el instituto, de haber pegado una pegatina y orgullosos porque una compañera les ha preguntado qué es eso de la campaña. Son brisa porque quieren conocer eso de la JEC, de la campaña, de Jesús, de la comunidad... Preparamos esta tarde la misa del domingo, para pedir por los jóvenes: vamos a cambiar los bancos, a ponerlos de forma circular, vamos a decorar la Iglesia a nuestro estilo, con carteles, vamos a poner alfonbras para sentarnos. ¡Miedo me da! La que vamos a liar.

Y termino, ya cansado al final de la tarde, con el grupo de confirmación de La Lapa, un grupo de diez o doce, depende del día y de lo que tengan que hacer: lo mismo hablamos de irnos juntos en Navidades a un centro de disminuidos síquicos, que me venden dos cajas de polvorones El Patriarca, que me enseñan una foto de la novia de Badajoz. Y sin quejarse, porque hoy me han dicho que demasiado que van, otros ni irían. Y que verdad que llevan: tengo que dar gracias por dejarme entrar en sus vidas, por abrirse con confianza y confiarme sus cosas. Son aire fresco.

Y mañana más: los viernes son tremendos, a las cinco iniciación de JEC en Atalaya y a las siete el grupo de los mayores. A las ocho y media, mi grupo de Revisión de Vida, eso ya es más relajante, pero también más exigente: Jofe nos cantará como va eso de "Refinería no", un sueño, una utopía, pero que hace que la gente se mueva, y eso ya es mucho, y encima, a este paso, lo consiguen. Inés, ¿habrá conseguido hablar con Chema?, Mamen, siendo normal, jeje, dedicada a su familia, derrochando ternura con su hermano Manuel.

¡Qué verdad es eso de que los jóvenes nos hacen mover ficha! El Dios de Jesús está empapando la vida de estos y otros jóvenes y en ellos y con ellos nos llama a descubrirlo como la brisa de esas noches del final del verano que nos anuncia que ya se va acabando el calor sofocante.

Nos gusta decir que vivimos momentos recios, que identificamos con el invierno o con el calor sofocante del verano. Y es verdad, pero Dios no se resiste, en cuanto nos descuidamos se nos hace presente como brisa y nos sorprende con su presencia.

3 comentarios:

  1. Ta mu bien Jose! felicidades por tu blog! jajaja ;)

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  2. ¡¡¡ SER NORMAL !!!Unos dejando de ser "tan dos" y otros empezando a serlo un poco.
    Ya he leido el blog José. GRACIAS por la parte que me toca, seguiremos caminando...Abrazos

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  3. Bonito campeón. ¿Qué tal salió la misa? ¿Cómo va esa memoria? A ver si enlazas la web del fórum www.forumpj.org.
    A seguir disfrutando de las brisas, sólo hay que dejar que nos toque, porque sopla más de lo que nos damos cuenta, ¿verdad?

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